
En este revolucionario trabajo que ha permanecido por más de dos años en la lista de los libros más vendidos del New York Times, Michelle Alexander argumenta que "no hemos erradicado las castas raciales en Estados Unidos; las hemos meramente rediseñado". Al apuntar a hombres negros por medio de la Guerra contra las Drogas y diezmando las comunidades de gente de color, el sistema de justicia criminal de Estados Unidos funciona como un sistema contemporáneo de control racial--al relegar a millones de personas a un estatus de segunda clase--incluso mientras éste se adhiere al principio de ceguera para los colores.